17 de octubre de 1945

Día de la Lealtad

Palabras del concejal Juan Mecca (PJ) recordando el significado del 17 de octubre de 1945 en la sesión del Honorable Concejo Deliberante del jueves 18 de octubre.
Los cambios en el mundo son vertiginosos y no existe lugar que no sea afectado en esta globalización; aún así cada región, cada país puede plantear y planear sus estrategias para no ser influenciados por las decisiones de los centros de poder. Centros de poder que en estos últimos tiempos han defeccionado y han ido perdiendo la impronta que tenían sobre el resto de los países. Están en crisis y no logran resolver sus problemas financieros, económicos y políticos, porque siguen aplicando las mismas recetas que instrumentaron en los ’90 en Argentina y Latinoamérica.
Hasta mediados de la década del ’40 nuestro país se ordenaba económicamente y socialmente de acuerdo a las políticas emanadas de las clases dominantes, de la oligarquía. Juan Domingo Perón, desde la Secretaria Nacional de Trabajo y Previsión, se relaciona con los obreros y sindicalistas y logra grandes mejoras en las condiciones laborales (convenios salariales, exige el cumplimiento de leyes viejas y decreta nuevas como el Estatuto de Peón), lo cual le vale un apoyo incondicional por parte de los sectores bajos y lo enemista con los terratenientes y patrones.
El modelo fundado y recreado por Perón cuaja en las clases populares, se hace carne en los obreros, porque dinamiza la economía y la industria argentina, generando la oposición de las clases acomodadas y de instituciones representativas como la iglesia, el ejército, la Sociedad Rural y los partidos políticos defensores del statu quo.
Algo parecido ocurre en la actualidad con el gobierno que, como se ha visto con la recuperación del sistema previsional o la Asignación Universal por Hijo, lleva adelante un proyecto nacional, popular, democrático y latinoamericano, con inclusión social, ampliación de derechos, fortalecimiento de la industria local, pero como cuya tendencia afecta intereses en los grupos de la economía concentrada – – -pero la realidad demuestra, en cambio, que las empresas como los productores agrícolas y ganaderos tienen ganancias extraordinarias- – – es un gobierno autoritario, dictatorial o corrupto. Esos “intereses” afectados tienen que ver con el ejercicio del poder, con el rol del Estado, con la política de Derechos Humanos – – -muchos referentes de estos sectores privilegiados fueron socios y cómplices de la última dictadura y del desguace del Estado emprendido por los gobiernos alineados al Consenso de Washington- – -, por eso la ofensiva.
No es mera casualidad la animadversión que generaba tanto Juan Perón como Evita a las clases dominantes – – -a esas clases que regían los destinos del país desde la Revolución de Mayo- – -, porque atentaban contra sus “derechos adquiridos” y en consecuencia intentaron desestabilizar por cualquier medio al gobierno electo por el voto popular. No es mera casualidad que tanto Néstor Kirchner y Cristina Fernández despierten las mismas hostilidades y el odio de las clases acomodadas, y que hoy se refractan con una mayor amplitud por el avance de la tecnología y por la existencia de un monopolio mediático (Clarín) que es juez y parte del poder y de los negocios.
En aquella época hubo varios 13-S, incluso en 1945 se culminó con Perón preso, en 1955, fue destituido por un Golpe Militar y debió exiliarse, además de proscribirse al peronismo por 18 años y perseguir a sus militantes y prohibir su simbología. Pero también hubo una movilización emblemática, la del 17 de octubre de 1945, donde las clases populares se vieron impulsadas a reclamar por su líder, quien había convertido a esos hombres, mujeres y niños, a través de la política, en sujeto de la historia; tal cual lo volvió a consumar Néstor a partir del 25 de mayo de 2003 y ahora lo continúa Cristina con la incorporación de los jóvenes la práctica política, para concretar el trasvasamiento generacional y darle continuidad al proyecto en ciernes en nuestro país y en la Patria Grande.
Aquel primer peronismo enarbolado el 17 de octubre en la Plaza de Mayo, dio sentido a los sectores populares, a los humildes del país, al “subsuelo de la patria sublevado”, como dijera Scalabrini Ortiz; y se asemeja, en sus líneas generales, a este peronismo recuperado por Néstor y conducido por Cristina. Es un proyecto de país con inclusión, con una dinámica de acumulación, de generación de puestos de trabajo, de recreación de empresariado nacional, de sustitución de importaciones, e, incluso, beneficia aun a aquellos que política o partidariamente no están de acuerdo.
La abanderada de los humildes, la referente de los descamisados, la jefa espiritual de la Nación, Eva, nuestra Evita, en el conmovedor discurso del 17 de octubre de 1951 señalaba: “Y tenía que venir para decirles que es necesario mantener, como dijo el general, bien alerta la guardia de todos los puestos de nuestra lucha. No ha pasado el peligro. Es necesario que cada uno de los trabajadores argentinos vigile y que no duerma, porque los enemigos trabajan en la sombra de la traición, y a veces se esconden detrás de una sonrisa o de una mano tendida.”
Desde cada rincón de la Patria, desde cada sede del Partido Justicialista, desde cada Unidad Básica, le debemos lealtad a la conductora del peronismo, a nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Cierro esta evocación y homenaje a los hombres, mujeres y niños que hicieron el 17 de octubre con palabras que refería Cristina: “Ayer como hoy nos debemos a la Lealtad, a ese sentimiento de pertenencia que representa el peronismo, esa conciencia que implica la responsabilidad de acompañar a quien conduce los destinos del movimiento nacional peronista y los de la Patria. Y en realidad la lealtad que la gente tuvo con Perón y con Eva fue hacia dirigentes que la gente identifica como defensores y representantes de sus propios intereses. El concepto de lealtad está vinculado con la lealtad con los intereses del pueblo y de la Patria, que es la misma cosa.”

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