Nombres de calles

Nombrar es reconocerse

Con la aprobación unánime de todos los concejales y concejalas de los diferentes bloques de representación política se aprobaron las ordenanzas que designan con nombres a calles de diferentes barrios de Santa Rosa. Por consiguiente, quedó refrendado en el recinto del HCD la propuesta para los barrios Pueblos Originarios y Néstor Kirchner con los nombres: Gloria Corral, Margarita Monges, Juana Paula Manso, Mario R. Saez, Juan Carlos Bustriazo Ortiz y Héctor de la Iglesia; para Villa Germinal se optó por Domingo Loisa, Alejandro Ledesma, Elba D. Gatica y Marcos Martínez; para el barrio El Faro se decidió por Juan Manuel Fangio, Timoteo “Dino” Saluzzi y Violeta Parra; y por último se designó con el nombre de Olga Orozco (a la primera calle paralela hacia el Oeste de calle Alberto Grassi entre Avila y Liberato Rosas), y como Ogilvio Righetti (a la primera calle paralela hacia el Sur de calle Plumerillo entre Ramona Pereyra y Blanco Encalada).
Y como nombrar es reconocerse en el entorno o paisaje, con lo sucedido en épocas pretéritas y contemporáneas, con los hombres y mujeres que han aportado a nuestra historia y a nuestra cultura. Nombrar es fundar, es historizar, y, por sobre todo, es fundamentar.
En ese sentido, el concejal Juan Mecca (PJ), se refirió a algunos de los nombres de los vecinos elegidos para designar las calles; por ejemplo, Gloria Corral: “Esta artista plástica nos ha legado un estilo inconfundible en sus obras, con texturas y matices de colores de alta graduación (rojos, azules, verdes y blancos intensos), además su paleta creativa recrea cosmogonías y mitos originarios, interpela el devenir existencial en sus propios límites. Por la calidad de su obra recibió numerosos premios. No sólo se ha destacado como artista plástica sino también como productora cultural, lo que resume el compromiso sociocultural del artista”. También recordó a Olga Orozco: “Esta escritora que nació en la localidad de Toay, a los 8 años partió a conocer mundo -se podría decir-, cuando su familia se radicó en Bahía Blanca; pero ya había comenzado a fundar en la temprana infancia de vientos, cardos rusos y médanos su mundo pampeano que reelaboraría en cada una de las obras literarias que fue publicando. Por la calidad literaria presente en sus libros se le otorgó el Premio Juan Rulfo. Su amor a la provincia se refracta en la inversión de parte del premio para que se recuperara la Casa-Museo Olga Orozco y la donación de su biblioteca personal”. Tuvo palabras alusivas para Margarita Monges: “La lectura de su obra nos sensibiliza y nos hace reflexionar respecto a lo qué significa “vivir”. En sus textos encontramos expresadas historias mínimas -aludiendo al cineasta Carlos Sorín-, que abarcan la familia, la biblioteca, el amor, la cotidianeidad y los lugares de la experiencia existencial. Tanto por su delicada mirada artística como por la intensidad de su escritura, podemos resaltar, que la provincia se ha enriquecido culturalmente”. Y cerró las alusiones con Juan Carlos Bustriazo Ortiz: “Dueño de la palabra, dueño de una voz tan particular y abarcativa que pudo ser comprendido, en su experiencia literaria, tanto por los vecinos a través de sus poemas musicalizados excepcionalmente por los artistas pampeanos, como por los lectores entrenados que investigan una estética que hereda, pero amplia, los recursos de las vanguardias. Poemas que cuentan sus vivencias, sus amistades, sus amores, y que se despliegan en un interminable catálogo que repone la voz de los pueblos originarios, de los paisanos del oeste, de los egipcios, de los maya-quiché. Bustriazo Ortiz es un poeta que se convirtió en mito a medida que elaboraba una de las obras más importantes en lengua española”.
El concejal Guillermo Di Liscia (Frepam) también destacó el talento y la significancia de la obra de Gloria Corral, Margarita Monges y Mario Saez. Resaltando para los dos primeros nombres, además, el compromiso colectivo con la participación en la fundación de instituciones representativas de sus sectores: artistas plásticos y escritores. En cuanto a Mario Saez, reconoció la valía de sus pinturas y la representatividad social de su arte, aludiendo de que era el “pintor popular”, que su figura interpretaba la cultura popular y al vecindario.

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