CELEBRACIONES PARTIDARIAS 1915

El 1°de mayo de 1915, marca la primera celebración en esta ciudad del Día Internacional de los Trabajadores por parte de una agrupación política.

Celebraciones Partidarias

El 1°de mayo de 1915, marca la primera celebración en esta ciudad del Día Internacional de los Trabajadores por parte de una agrupación política. Para el desarrollo de ese acto, que tuvo lugar en el Teatro Español, seguimos al cronista de “La Capital”. Desde el local del Centro Socialista, van a pie hasta el Teatro los organizadores. En primera fila, el abogado (y luego célebre comediógrafo argentino) doctor Pedro E. Pico; a su lado, los Spongia, los Nale, los Gentili. Adentro, espera Bosch con su séptimo Beethoven para interpretar el Himno a los Trabajadores (La interna­cional) que cantaron todos.

Los discursos, a cargo el doctor Pedro E. Pico y del ingeniero Manuel Lapido que vino desde buenos Aires. El tema: la mujer, el voto femenino, divorcio, educación, separación di la iglesia del Estado.

Luego, la compañía Queirolo desarrollo varios números de variedades. Por lo avanzada de la hora dice el articulista y tras la ejecución de varios números musicales a cargo de Septimio Beethoven, debió suspenderse la representación del drama “Para eso paga”.

Entre las familias presentes, sigue el diario se encontraban la de Centeno (¿era el gobernador). Pico, Moré, Lucio Molas, Marcos Molas Bianchi, Calvo, Nale, Padrones, Modarelli Artigas, Mantovani, Pérez, Badía, Bosch Yarza, Valle y Amallo.

Los Obreros a la Fonda

A través de documentos de la época, no quedan dudas de que el fundador de Santa Rosa, don Tomás Masón, era un personaje poco comparable a otros. Latifundista, propie­tario de medio pueblo, llegó a acceder a la presidencia del Concejo Municipal en 1913 con el voto de fracciones populares; en 1915, rectificaron su adhesión a este prócer.

Sin embargo, parecía que don Tomás era un hombre muy bueno, cariñoso y agradecido. A mediados de 1914, Masón anuncia un viaje de descanso de cuatro meses a Europa. Otros no podían tomarse vacaciones tan largas, pero don Tomás se las merecía en el ocaso de su legendaria vida. El anuncio movilizó a las fuerzas vivas de la ciudad para organizar un gran banquete de despedida, integrándose una comisión que puso en venta las tarjetas. El banquete se hará en el “Gran Hotel” y en la víspera don Tomás hace publicar en “La Capital” un aviso diciendo que como los obreros “que tanto quiere y le han seguido” no podrán concurrir á! banquete (por razones obvias), pueden pasar por su casa a retirar una tarjeta con la cuales servirán un almuerzo gratis en las siguientes fondas: Urtazun, Contard, Barreiro, La Unión, González, La Vizcaína y La Leonesa. Con un mal imitado estilo de José Zorrila, podríamos describir el banquete a don Tomás… a un lado tiene al Gobernador con su séquito y sus guardias, al otro lado al juez letrado… y los obreros a las fondas.

Un Pueblo Empapelado

El 5 de octubre de 1913 marca un hito en la historia de los comicios libres en Santa Rosa. Por primera vez los pobladores votan obligatoriamente y en secreto, previa confección de padrones.

El único partido organizado que va a la lucha es el Socialista; una segunda lista de candidatos se rotula Unión Vecinal. Pocos días des­pués que dichas agrupaciones lanzan sus candidatos, se integra una llamada Lista Independiente. Cuando faltan pocos días para el acto comicial, los comerciantes del pueblo componen su propia lista denominada “Candi­datura del Comercio”.

El día señalado, funcionaron diez mesas receptoras de votos, a las cuales concurrían 689 vecinos. El triunfo (el primero con aplicación de la Ley Sáenz Peña) correspondió a la lista del Centro Socialista que consiguió 477 votos, consagrándose a tres concejales y al juez de paz. En segundo término, ganando la minoría, la Unión Vecinal. El Diario “La Prensa” de Buenos Aires, en su edición del 10 de octubre de 1913 admite el triunfo socia­lista como “victoria de las tendencias populares dentro de la Ley Sáenz Peña”.

En octubre de 1914 se realizaría el segundo acto eleccionario, volviendo a triunfar los candidatos del Partido Socialista, que días antes de la elección habían contado con la presencia en Santa Rosa del diputado nacional Antonio Di Tomaso. Según el diario “La Capital”, el día del comido la ciudad amaneció “empapelada” con tantos carteles como se habían distribuido por las fuerzas políticas participantes.

En 1915 volvería el pueblo de Santa Rosa a votar por sus concejales. Siguiendo al cronista político de “La Autonomía” (las ediciones de ese año no figuran en el Archivo Histórico de La Pampa, habiendo sido consultadas en un archivo particular), para este año la única fuerza organizada es la de los socialistas, ya que la Unión Vecinal y la del Comercio, desa­parecen y se recomponen sus miembros en otros frentes, denominados Juventud, Popular e Independiente.

Las elecciones se desarrollan en forma co­rrecta en noviembre 27 de ese año, y se pro­duce el tercer triunfo consecutivo del Partido Socialista, liderado ahora por los nuevos concejales: el abogado Pedro E. Pico y el procurador Amelio Spongia Friderich.

Esta nueva victoria entusiasmó a los pobla­dores, que se reunieron el día del escrutinio en la esquina de las calles Quintana (hoy Lagos) y Yofré (hoy 25 de Mayo) para escuchar la palabra de los ungidos Pico y Spongia y del dirigente Antonio Buira (fundador en 1912 de la primera Liga Agraria en el país, en Colonia Inés y Carlota). La noche siguiente se realizaría una función en honor de los vencedores en el Teatro Español, donde la Compañía Nacional Laina puso en escena el “precioso drama en tres actos, Tierra Virgen”, cuyo autor era, precisamente, el doctor Pedro E. Pico, uno de los candidatos socialistas triunfantes en la elección santarroseña.

Extraído de Libro del Centenario 1892 -1992

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