LOS RADICALES SIN DOCTORES 1922

El año 1922 fue conmoción y cambio y al llamado de las elecciones nacionales (que consagrarían presidente al doctor Marcelo T. de Alvear sucediendo a Hipólito Yrigoyen), los pampeanos seguirían como espectadores impotentes por su condición de "territorian

Los radicales sin doctores

El año 1922 fue conmoción y cambio y al llamado de las elecciones nacionales (que consagrarían presidente al doctor Marcelo T. de Alvear sucediendo a Hipólito Yrigoyen), los pampeanos seguirían como espectadores impotentes por su condición de “territorianos”.

Alvear ocupa la presidencia y La Pampa recibe a un gobernador que responde, por supuesto, al nuevo presidente. El cambio presidencial obliga al partido gobernante, la Unión Cívica Radical, a un cambio de orientación.

En La Pampa, los comités “alvearistas” se sobreponen a los “yrigoyenistas”. Se habla de Alem nada más que como símbolo, pero se cuida difundir sus ideas revolucionarias.

Siguiendo lo específico de estas notas, nos acercamos a noviembre, mes de la renovación parcial del Concejo por terminación de mandato de Espeche y Figueroa, aunque éste anticipó su alejamiento renunciando en enero al anun­ciar su alejamiento del Territorio.

A fines de octubre, los diarios locales denun­cian “el tardío proceso cívico” ya que a dos semanas del fin del mandato no hay padrones ni convocatoria. Los radicales no tiene apuro pues siguen gobernando con tres concejales, mientras en el seno del comité local se produce el decantamiento de personalidades.

Ya la época de los “doctores” yrigoyenistas toca a su fin y la conducción partidaria pasa a los fuertes terratenientes que rodean el municipio. El argumento para retardar los comicios, es que es tiempo de cosecha y que muchos electores no podrán concurrir para dar valor a los comicios. Recién para el 25 de marzo de 1923, se efectúa la convocatoria.

Su Majestad en el Grupo

Conocida la decisión del Concejo “rengo” de llamar a elecciones, de inmediato las fuer­zas opositoras a los radicales, o sea la Unión Vecinal Independiente y el Partido Socialista, se movilizan para comparecer al llamado.

La UVI, presidida por el abogado César Robin, elige sus candidatos y lanza un manifiesto. Los socialistas se resisten al principio a favor de una corriente abstencionista; pero finalmente triunfan en asamblea interna, aquellos que desean seguir en la lucha.

Se desata entonces lo que “La Autonomía” denomina “la guerra del engrudo”, por el em-papelamiento de paredes y portones y mientras los radicales guardan las cartas de sus candi­datos hasta el último momento, los socialistas realizan actos públicos en la plaza central al pie de la estatua de la libertad.

El día del cornicio, sufragaron 837 vecinos. Los radicales ganan las dos bancas, que ocupan Santiago Berhongaray (365 votos) y Enrique Brazal (360 votos). Los independientes Robín y Julio del Busto cosecharon 245 y 249 sufragios, respectivamente, mientras que los socialistas Hugo L. Nale y Víctor Lordi ocuparon el último lugar con 217 votos cada uno.

También se votó por juez de paz titular y suplente, y como los socialistas no llevaban candidatos volcaron su aporte al representante de la UVI, don Miguel Puebla, que resultó así ungido al cargo por 406 votos.

La nueva composición del concejo deliberante, que consagró intendente a Sabino Neveu, fue calificada por “La Autonomía” como “radicalismo puro”. Pero leyendo el articulista político de esa hoja, su intención no era referir­se a pureza política, sino a totalidad en el poder, ya que les hacía notar la necesidad de cuidar el gobierno comunal aún cuando no hubiera minoría que les señalara errores.

Extraído de Libro del Centenario 1892 – 1992

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